Carta abierta a Amnistía Internacional (*)
Estimados/as amigos/as,
Permítanme
dirigirme a Ustedes tras su último informe sobre la ofensiva del
Estado de Israel en la Franja de Gaza este pasado verano, cuya
denominación era “Margen Protector”. Una vez más, cuando se
trata de este enquistado conflicto, sus críticas van encaminadas de
una forma descarada hacia uno de los dos contendientes, identificando
las acciones del ejército israelí como crímenes de guerra,
basándose en las víctimas causadas así como los daños materiales.
Se
centran en los dos mil muertos palestinos y en las edificaciones
destruídas. Es una pena que no aludan a las varias docenas de
túneles que costaron millones de dólares, cuya finalidad era
penetrar en las poblaciones cercanas de Israel y causar una masacre
que haría pequeño el mismísimo 11 de septiembre. Tampoco se
detienen en los miles de misiles lanzados desde Gaza a territorio
israelí desde el año 2007 en el que Israel desalojó hasta el
último judío de la Franja, de forma indiscriminada, que incluso
llegaron al aeropuerto de Tel-Aviv. Esos misiles no provocaron más
muertes porque el Estado de Israel dispone de un escudo protector
(fíjense en el calificativo, por favor) que elimina a seis de cada
diez, además de disponer de una red de refugios y un sistema de
rápido aviso para su población Si esos mal nacidos de Hamás
tuvieran la suficiente capacidad no dudarían en enviarlos con
cabezas nucleares y productos químicos.
Ante
estos hechos que nadie puede cuestionar, ustedes, Anmistía
Internacional, cierran los ojos. Y luego se enojan por el resultado
de la respuesta, que parece ser no se atañe a criterios
proporcionales. No se preguntan por qué se utilizan hospitales,
colegios y hasta mezquitas para lanzar esos cohetes que son capaces
de llegar a cien kms. Tampoco aluden a la táctica cobarde y
miserable de los terroristas –perdón, milicianos- de Hamás,
parapetándose detrás de la población civil, mientras su líderes
sí utilizan esos túneles para esconderse y seguir dirigiendo sus
acciones de terror, violencia y muerte.
Resulta
también curioso que no ahonden en los métodos de esos chicos de
Hamás con su propio pueblo; ejecuciones públicas sin previo juicio,
bodas forzadas con niñas, persecuciones religiosas y demás. ¿Por
qué no van a visitar una cárcel palestina, en Gaza o
Cisjordania?...
Y
produce desazón la connivencia de todo el entramado de ONGs con lo
que sucede en el mundo árabe. Lo del estado islámico es de lo más
brutal y terrorífico que uno ha visto en los últimos tiempos. La
situación de la mujer, de las minorías sexuales y religiosas. Son
hermanos de leche de Hamás. El trato dado a los trabajadores del
sudeste asiático en Qatar –sí, el mismo que financia al Barça y
organizará el mundial de 2022- o en Dubai. Pero ahí no está
Israel, destino principal de su inquina.
En
fin, sigan con esa manía persecutoria hacia Israel. Quizá pretendan
que les facilite formación a Hamás para que esos misiles sean más
eficaces, para que apunten mejor y se pongan a tiro. ¿ Esa es la
proporción que esperan de un país al que Hamás busca aniquilar por
completo?.
Un
saludo
*Pablo Veiga, socio de AGAI