07/11/14

Carta a Amnistía Internacional. Por Pablo Veiga



Carta abierta a Amnistía Internacional (*)

Estimados/as amigos/as,

Permítanme dirigirme a Ustedes tras su último informe sobre la ofensiva del Estado de Israel en la Franja de Gaza este pasado verano, cuya denominación era “Margen Protector”. Una vez más, cuando se trata de este enquistado conflicto, sus críticas van encaminadas de una forma descarada hacia uno de los dos contendientes, identificando las acciones del ejército israelí como crímenes de guerra, basándose en las víctimas causadas así como los daños materiales.

Se centran en los dos mil muertos palestinos y en las edificaciones destruídas. Es una pena que no aludan a las varias docenas de túneles que costaron millones de dólares, cuya finalidad era penetrar en las poblaciones cercanas de Israel y causar una masacre que haría pequeño el mismísimo 11 de septiembre. Tampoco se detienen en los miles de misiles lanzados desde Gaza a territorio israelí desde el año 2007 en el que Israel desalojó hasta el último judío de la Franja, de forma indiscriminada, que incluso llegaron al aeropuerto de Tel-Aviv. Esos misiles no provocaron más muertes porque el Estado de Israel dispone de un escudo protector (fíjense en el calificativo, por favor) que elimina a seis de cada diez, además de disponer de una red de refugios y un sistema de rápido aviso para su población Si esos mal nacidos de Hamás tuvieran la suficiente capacidad no dudarían en enviarlos con cabezas nucleares y productos químicos.

Ante estos hechos que nadie puede cuestionar, ustedes, Anmistía Internacional, cierran los ojos. Y luego se enojan por el resultado de la respuesta, que parece ser no se atañe a criterios proporcionales. No se preguntan por qué se utilizan hospitales, colegios y hasta mezquitas para lanzar esos cohetes que son capaces de llegar a cien kms. Tampoco aluden a la táctica cobarde y miserable de los terroristas –perdón, milicianos- de Hamás, parapetándose detrás de la población civil, mientras su líderes sí utilizan esos túneles para esconderse y seguir dirigiendo sus acciones de terror, violencia y muerte.

Resulta también curioso que no ahonden en los métodos de esos chicos de Hamás con su propio pueblo; ejecuciones públicas sin previo juicio, bodas forzadas con niñas, persecuciones religiosas y demás. ¿Por qué no van a visitar una cárcel palestina, en Gaza o Cisjordania?...

Y produce desazón la connivencia de todo el entramado de ONGs con lo que sucede en el mundo árabe. Lo del estado islámico es de lo más brutal y terrorífico que uno ha visto en los últimos tiempos. La situación de la mujer, de las minorías sexuales y religiosas. Son hermanos de leche de Hamás. El trato dado a los trabajadores del sudeste asiático en Qatar –sí, el mismo que financia al Barça y organizará el mundial de 2022- o en Dubai. Pero ahí no está Israel, destino principal de su inquina.

En fin, sigan con esa manía persecutoria hacia Israel. Quizá pretendan que les facilite formación a Hamás para que esos misiles sean más eficaces, para que apunten mejor y se pongan a tiro. ¿ Esa es la proporción que esperan de un país al que Hamás busca aniquilar por completo?.

Un saludo
 
*Pablo Veiga, socio de AGAI