Por Isaac Querub*
El País - 16.10.2016
El Comité Ejecutivo de la UNESCO aprobó el jueves una resolución
similar a la del pasado 15 de abril, con la abstención de España, que
ignoraba deliberadamente el carácter y la conexión judíos de la Ciudad
Vieja de Jerusalén. Esta resolución no sólo es un despropósito en
términos históricos y arqueológicos, es también un desplante contra la
convivencia entre israelíes y palestinos, y un insulto a todos los
judíos del mundo.
En primer lugar, la resolución se refiere al Monte del Templo
solamente en su nombre árabe “al-Haram al-Sharif” —al igual que alude al
Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado del judaísmo, como
“al-Buraq Plaza”—, pero la unanimidad académica en torno al carácter
judío de Jerusalén es total. La Biblia, que menciona Jerusalén 821 veces
-656 en el Antiguo Testamento- relata que en torno al año 1004 AC el
Rey David conquistó Jerusalén. Sari Nuseibeh, filósofo palestino y
anterior presidente de la Universidad de Al Quds, y antiguo enviado de
la Autoridad Palestina a Jerusalén, fue tajante en el año 2001: “Habría
que estar ciego para negar la conexión judía con Jerusalén.”
En segundo lugar, la resolución condena la “agresión ilegal” de
Israel y las “restricciones” a la libertad de culto en el Monte del
Templo. Conviene recordar que Israel es el único país de Oriente Medio
que respeta, protege y promueve la libertad religiosa. De hecho, los
musulmanes no sólo tienen libertad de acceso al Monte del Templo, sino
que es el Waqf jordano quien ostenta, con el beneplácito y la
colaboración de Israel, la autoridad religiosa sobre el lugar. Desde
junio de 1967 Israel no sólo ha respetado la libertad de culto de las
tres religiones monoteístas en Jerusalén, sino que también ha conservado
sus santos lugares. Estas afirmaciones distorsionadas alejan aún más a
los israelíes y a los palestinos de llegar a una paz justa y duradera.
En tercer lugar, que la organización que se encarga de velar por el
Patrimonio Cultural de la Humanidad niegue el carácter judío de
Jerusalén es una ofensa contra todos los judíos del mundo, que siempre
hemos llevado a Jerusalén en nuestros corazones, como indicó el eminente
historiador Martin Gilbert: “Jerusalén es el centro espiritual y físico
de la historia de los judíos como pueblo.” Desde hace dos mil años
rezamos diariamente mirando a Jerusalén, y en todas las bodas recitamos
el salmo 137: “Si te olvidare oh Jerusalén…” Negar dicha relación es tan
absurdo como negar la conexión de los musulmanes con la Meca o la
conexión de los cristianos con el Santo Sepulcro.
El Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO se reúne los próximos
días 24 y 26 de octubre en Estambul y en el orden del día viene
reflejado votar nuevamente una resolución en los mismos términos sobre
Jerusalén. España no forma parte del Comité, es cierto, pero como
miembro de la UNESCO debería alzar su voz contra estas iniciativas que
no sólo son falsarias y representan una afrenta contra todos los judíos
del mundo, sino también alejan todo atisbo de entendimiento y paz.
*Isaac Querub é presidente da Federación de Comunidades Judías de España (FCJE)