01/06/13

Presentación do libro "Judíos, conversos e Inquisición en Tui"



Suso Vila (esquerda) Pedro Gómez-Valadés e Gloria de Antonio (dereita) durante a presentación do libro en Vigo

Texto de presentación lido pola profesora Gloria de Antonio, do Instituto de Estudios Gallegos “Padre Sarmiento”, CSIC- Xunta de Galicia

Aunque la presencia judía en Galicia se documenta, al menos, desde el siglo XI y durante casi 500 años, su investigación se enfrenta a dos serios problemas: la escasez y la dispersión documental. Quizá debido al reducido número de integrantes de las comunidades judías gallegas, apenas se han conservado cinco centenares de documentos sobre los mismos, lo que dificulta gravemente su estudio y contrasta ampliamente con los conservados en otras áreas geográficas de la Península Ibérica. El otro problema que afecta seriamente a la investigación es la dispersión de las noticias por archivos de muy diferente titularidad tanto gallegos como nacionales. Entre los primeros destacan, por el número de documentos conservados, los archivos de la ciudad de Ourense, tanto el Archivo Histórico Provincial, como el de la catedral, a los que habría que añadir, otros muchos tales como el Archivo Universitario de Santiago de Compostela, el Archivo Municipal de A Coruña, Archivo de la Colegiata de Santa María, también en A Coruña, o el Archivo Histórico Diocesano de Tui. Entre los segundos, los de titularidad nacional, cabe destacar el Archivo Histórico Nacional o el Archivo General de Simancas, concretamente en el Registro del Sello. No se debe olvidar tampoco la documentación procedente de archivos portugueses -en la actualidad muy poco trabajada- pero que puede ser una gran fuente de conocimiento sobre la presencia de judíos de origen gallego en esas tierras. Además, dentro de los propios archivos, los documentos están repartidos por diferentes fondos, por lo que es posible encontrar noticias sobre judíos en libros de notarios, libros de actas de Concejos, padrones, libros de foros, libros de actas catedralicias, etc. Sin embargo, esta misma dispersión permite que sigan apareciendo nuevos documentos y, en consecuencia, nuevas publicaciones sobre el tema, como es el caso de Judíos, conversos e Inquisición en Tui, que completan y amplían lo conocido hasta este momento. 

Comunidades locales autónomas, semejantes a los municipios: las aljamas 

Las comunidades judías medievales se organizaron en forma de comunidades locales autónomas, semejantes a los municipios, que fueron llamadas aljamas por los juristas medievales. Sin embargo, en la documentación gallega apenas hay referencias a ellas. Es más, en los cuadernos de tributación o repartimientos de tributos pagados exclusivamente por los judíos a las comunidades gallegas no se las menciona nunca como “aljama” sino como los judíos que moran en… lo que es indicativo de que las propias autoridades judías, encargadas de hacer los repartos de tributos, no las consideraban como tales. Tui, sin embargo, es mencionada como aljama en el libro del concejo de Santiago y en el libro del concejo de Pontevedra donde, en sendas cartas relacionadas con la recaudación de impuestos, se recoge la referencia a las aljamas de los judíos et moros de las dichas ¢ibdades de Santiago et Tuy et de todas las otras villas. Pero dado que en esta época, 1420 y 1437 respectivamente, no quedaba ninguna presencia árabe en Galicia hay que considerarla como una mera fórmula diplomática, mantenida en el tiempo. Ya fueran consideradas aljamas o no, lo cierto es que durante el siglo XV, se encuentran comunidades, grupos de judíos o judíos individuales viviendo por todo el territorio gallego. En Galicia, salvo en Allariz -donde los judíos fueron apartados a vivir a la judería en 1289 y, por lo tanto, en fechas muy cercanas al Concilio de Letrán, donde se recomendó la separación entre judíos y cristianos por la contaminación que los primeros ejercían sobre los segundos- no existieron juderías propiamente dichas. Ni tan siquiera después de las Cortes de Toledo de 1480, cuando los Reyes Católicos ordenaron el apartamiento de los judíos a barrios separados de los cristianos, se establecieron zonas exclusivamente judías. El caso más claro es el de Ourense donde los judíos vivían dispersos por toda la ciudad pero fundamentalmente en la Rúa Nova compartiendo espacio con los cristianos. El primer intento de apartamiento se produjo en 1484, dos años después del límite fijado por los Reyes para llevar a cabo la exclusión. En esta ocasión, simplemente se citó a cinco judíos, posiblemente los miembros del consejo, para comunicarles que en tres días se les diría a que zona de la ciudad tenían que apartarse. Sin embargo, pasarían tres años más hasta que con la llegada de nuevas autoridades municipales se llevase a cabo la separación. Pero la reclamación de dos de los recaudadores judíos alegando que la zona asignada no era segura y la de los propios cristianos que se negaban a abandonar sus casas para cedérselas a los judíos, en 1489 aún no se había completado el apartamiento. Tui, tampoco fue una excepción y, de la escasa documentación conservada, se puede deducir que los judíos vivieron dispersos por toda la ciudad. Los edificios de la comunidad, como las sinagogas, habitualmente se situaron en las juderías o en las zonas habitadas mayoritariamente por judíos y en Galicia fueron pequeñas construcciones sin ningún valor artístico por lo que tras la expulsión fueron derruidas como en Ourense, convertidas en vivienda como en Ribadavia, o en caballeriza como la de Tui. Los judíos tudenses contaron además con cementerio que siguiendo las prescripciones religiosas se situó extramuros, aproximadamente a cinco kilómetros (una legua) de la ciudad, cerca del curso del río Molinos y sobre una elevación de terreno, cumpliendo así todos los requisitos que exigía la tradición judía para el enterramiento de difuntos. Después de 1492, todo parece indicar que este terreno pasó a ser propiedad del cabildo, quien lo alquiló a particulares. 

La mayoría de los judíos gallegos se ocuparon de labores artesanas 

En cuanto a los individuos que vivieron en estas comunidades poco es lo que se sabe de su vida cotidiana excepto su profesión. Las mejor documentadas son las referidas al arrendamiento y recaudación de impuestos y las relacionadas con los servicios administrativos en casas señoriales. Sin embargo, la mayoría de los judíos gallegos se ocuparon fundamentalmente de labores artesanas, especialmente de la orfebrería tanto de plata como de oro. Tui no es una excepción pues se conservan referencias muy detalladas sobre la actividad de dos plateros judíos que estaban haciendo una cruz y su correspondiente pie para el cabildo. Pero, sin duda, de las profesiones de los judíos tudenses la más destacable es la de Pedro Judeu, carnicero, siendo ésta la única referencia a esta profesión de carnicero en toda la documentación gallega. Según fue avanzando el siglo, los Reyes Católicos fueron abrigando la convicción de que la estancia de los judíos en la Península, practicando libremente su religión, constituía un peligro para la unidad de fe que estaban empeñados en conseguir, de lo que derivaría la expulsión de 1492. Ésta no fue un hecho singular o insólito, sino una aportación tardía de España a un creciente movimiento de intolerancia religiosa en Europa. La expulsión de los judíos de Castilla y de Aragón no fue ninguna novedad, puesto que la misma decisión ya la habían tomado los reyes de Inglaterra y de Francia mucho antes que los Reyes Católicos. Los Reyes firmaron el Edicto de Expulsión el 31 de marzo de 1492, pero pasó más de un mes antes de que su promulgación se hiciera pública, el día 1 de mayo de 1492. Los judíos disponían de cuatro meses para tomar la decisión: abandonar su fe o tomar camino del destierro. Esta segunda opción fue tomada en Tui, al menos, por Salomón Caadia quien donó su casa a Vasco de Mar¢o porque salía de esta tierra y por Davy quien, el 26 de mayo de 1492, vendió su casa. Otros optaron por quedarse y bautizarse, convirtiéndose en objetivo de Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición. Este tribunal fue fundado por el papa Sixto IV en 1478, convencido de que los conversos, después de ser bautizados, volvían a sus ritos judaicos, lo que constituía pecado de herejía y educaban a sus hijos en la misma herejía. En Galicia el tribunal, conocido como Tribunal de Santiago, no fue creado hasta 1520 pero a los pocos años pasó a depender del de Valladolid. Después de una visita a tierras gallegas el inquisidor Quijano escribió que debido a la distancia entre Valladolid y Galicia, era muy difícil controlar el territorio ya que los herejes se escapaban hacia Portugal. Cita como ejemplo la detención del boticario de Tui que provocó la huida a Francia de su madre -Isabel Luis, portuguesa-; del médico vecino de Tuy, portugués; y de otra mujer vecina de Vigo, de la que no se cita el nombre, que huyó a Portugal. Otro testimonio, esta vez material, de la presencia del Santo Oficio en Tui son los sambenitos, conservados en el Museo Diocesano de Tui. Los acusados por el Tribunal, durante la lectura pública de la sentencia y durante la condena, tenían que llevar puesto el sambenito. Finalizado el tiempo de castigo, se colgaban en las iglesias, con los nombres de los reos y los motivos de su condena, para que quedara perpetuamente constancia del delito cometido. Los cinco paneles de Tui hacen referencia a 14 condenados entre 1617 y 1621 y todos ellos son mencionados como “herejes judaizantes”. En consecuencia, Suso Vila con su obra “Judíos, conversos e Inquisición” en Tui, confirma los datos ya conocidos y abre, con los inéditos, nuevas vías de investigación sobre los judíos de Tui. 
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