Editorial publicado en el número 36 (Febrero 2013) del Boletín electrónico EL PUENTE editado por la Embajada de Israel en España
Finisterre, allí donde el Imperio romano imaginaba el fin del Mundo, a miles de kilómetros de Jerusalén. En esta esquina noroeste de la vieja Sefarad, en la periferia más occidental de las Europas, tenemos desde diciembre de 2006 un pequeño balcón sobre Israel.
Cuando en el caluroso verano de 2006. Caluroso por la inusual climatología galaica de ese año y más dolorosamente por la denominada II Guerra del Líbano, un grupo de gallegos y gallegas de todas las ideologías, profesiones y creencias, conseguimos contactar gracias a un difícilmente repetible cúmulo de casualidades y circunstancias afortunadas, y decidimos constituir una asociación de amistad entre Galicia e Israel, Israel y Galicia, buscábamos tender desde la milenaria Santiago de Compostela un balcón con vistas a la milenaria Jerusalén.
Y así fue. En diciembre de 2006 nace en Compostela la Asociación Galega de Amizade con Israel - AGAI. Inicialmente con algo más de medio centenar de animosos socios y a día de hoy ya con varios cientos. Sin duda un pequeño-gran éxito teniendo en cuenta la débil cultura asociativa gallega y la condición “políticamente incorrecta” de ser pro israelí en un entorno muy difícil cuando no abiertamente agresivo y hostil.
Y desde luego muy hostil fue la reacción que debimos sufrir especialmente durante los primeros dos años de vida. Con una virulencia enfermiza y fanática que puso en la diana a socios de AGAI solo por ser socios de un colectivo que buscaba y busca estrechar lazos y tender puentes entre los pueblos de Israel y de Galicia. Algo que para estos declarados “enemigos de Israel” parece ser condenable. Ellos prefieren las puertas cerradas, los boicots fascistas y racistas a la hermandad y amistad entre los pueblos gallegos e israelí
Con el tiempo, la perseverancia, una buena dosis de paciencia y fortaleza colectiva, consiguió AGAI afianzarse, demostrar que no era flor de un día y que ni uno ni cien grupos de intolerantes talibanes podrían hacernos callar.
Hoy, seis años después, más de un centenar de conferencias, exposiciones, mesas redondas, edición de una revista (DE COMPOSTELA A IERUSHALAIM), la organización de una semana de cine israelí y de 5 viajes de socios y socias de AGAI a Israel, podemos afirmar con satisfacción - y por que no decirlo con orgullo-, que AGAI es ya un actor importante en el movimiento asociativo gallego y un referente no solo en Galicia sino incluso mas allá del Padornelo como lo demuestran los numerosos socios de AGAI en Estados Unidos, Austria, Bélgica, Argentina, Canadá, Portugal e Israel.
Hay sin duda en Galicia un antes y un después de ese lluvioso y frío 3 de diciembre de 2006 en el Salón de Actos de la Confederación de Empresarios de Galicia de la compostelana rúa do Vilar. Porque la existencia y la constante actividad de AGAI propicio el nacimiento posterior en Galicia de otras entidades que desde ámbitos diferentes cultivan también el amor por la cultura judía. Así como también la existencia y actividad de AGAI animó a las instituciones gallegas a prestar ahora una mayor atención al legado de la presencia judía en Galicia.
Nuestro reto es crecer, concientes de nuestra modestia, pero con fuerza y convicción en el camino iniciado y continuar así tendiendo puentes, agrandando ese pequeño balcón con vistas sobre Israel que con enorme cariño abrimos un invierno de 2006
Y parafraseando a un grande de la literatura gallega y universal, el escritor y enamorado de la cultura judía, Álvaro Cunqueiro, permítaseme acabar con un brindis: “mil primaveras más para la amistad entre Galicia e Israel”.
Pedro Gómez-Valadés
Presidente de la Asociación Galega de Amizade con Israel