Estoy terminando mi período de cuatro años como Embajador de Israel en España y regreso a Israel para continuar mi carrera diplomática en el Ministerio de Asuntos Exteriores en Jerusalén. Estos traslados de un país a otro son parte de la vida de un diplomático y suponen cambios de cultura, de idioma, de residencia, a la vez que suman experiencias, vivencias y amigos en distintos lugares del mundo. Estos días en los que finalizo en mi puesto y regreso a Israel son también días de reflexión personal y de resumen de una etapa.
¿Qué me ha sucedido en los últimos cuatro años? ¿Qué ha cambiado, si algo lo ha hecho, en las relaciones entre España e Israel? No hay duda de que la Embajada durante estos años ha pasado épocas “poco fáciles”. Tanto los días de la operación militar en Gaza, que Israel fue obligada a llevar a cabo por la lluvia de Qassam lanzada a la población civil del sur de Israel, como también los de la flotilla turca y sus consecuencias, fueron épocas poco agradables en la Embajada y para los diplomáticos. También el hecho de haber vivido en carne propia parte del odio y del antisemitismo que existen en la sociedad española es algo que me llevo conmigo.A pesar de todo esto, creo que hemos tenido también muchos momentos muy positivos, muy cálidos y muy emocionantes durante los últimos años, en lo personal por supuesto, pero también desde el punto de vista profesional, diplomático y de las relaciones entre ambos países.
He sido Embajador de Israel en la celebración del 25 Aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España e Israel. Veinticinco años significan una sola generación, la primera después de casi 500 años de desconexión entre nuestros pueblos, lo cual supone 20 generaciones. En este sentido somos los pioneros que intentamos recomponer la ausencia de estos años para retomar la normalidad de las relaciones entre nuestros pueblos y nuestros países. Durante este año del aniversario hemos podido ver ya parte del potencial que subyace en esas relaciones con tratados, convenios, acuerdos, visitas de alto rango, importantes eventos culturales. En todo ello se puede sentir que las relaciones entre nuestros países sólo están haciendo que despegar.
Un ejemplo de esta sensación la hemos visto en la visita del Presidente de Israel, Excmo. Shimon Peres, a España y en la histórica visita de SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias a Israel. Además de todos estos logros, hace pocos días hemos sido testigos de la fortaleza de la unión entre nuestros pueblos que comparten un pasado largo y rico. Varias plazas de ciudades españolas han sido escenario del concierto de rock del proyecto “Adumey ha’sefatot”. Casi 1.000 años después de que los poemas de Shlomo Ibn Gabirol fueran escritos aquí en tierras peninsulares, músicos israelíes los resucitan para el público español.Éstas son ciertamente mis palabras de despedida como Embajador de Israel en España, sin embargo, esta separación estoy seguro de que no va a ser muy larga.
¡Hasta pronto España!
Raphael Schutz
Embajador de Israel