06/11/09

Catorce años sin Yitzhak Rabin

Monumento na súa memoria no lugar do seu asasinato. Lugar onde o pasado ano AGAI depositou unhas pedras galegas na súa honra.
Praza de Yitzhak Rabin de Tel Aviv

Por Raquel Lage Cuiñas *
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Se cumple el 14 aniversario de la muerte a manos de un fanático de Yitzhak Rabin en la plaza de Tel Aviv que lleva su nombre. El que fuera jefe de Estado Mayor, embajador, primer ministro y uno de los artífices de los acuerdos de Oslo, en un empeño por fortalecer la seguridad de Israel en pro de la paz con los vecinos árabes llevó a cabo la praxis conocida como ‘paz a cambio de territorios’ granjeándose la crítica de la derecha que censuraba su política.

Hoy, cuando siguen cayendo cohetes a diario en el sur de Israel -quien les habla, hace ahora un año, se libró de sentir uno sobre su cabeza- y el soldado Guilad Shalit sigue en manos de sus captores, la paz se vislumbra todavía como un lujo urgente. El 4 de septiembre del 95 cuando el asesino acabó con su vida, salía de un evento multitudinario a favor de la paz y acababa de cantar ‘shir lashalom’ (canción de paz) cuyo texto apareció ensangrentado en el bolsillo de su camisa.
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‘Han de morir muchos. Gente de mi nación y gente de otras naciones. Y ellos todavía no lo saben’ profetizaba su discurso cuando en el 94 se le entregaba el Nobel de la Paz. Veo que he repetido muchas veces la palabra paz y es que al grito de ésta, para siempre ligada a su memoria, se congregaron para el sepelio presidentes, gobernantes y príncipes, y hoy, el homenaje lo rinden en Israel la izquierda y la derecha. Lo rinden los demócratas. Los que aplaudían a Rabin y los que lo censuraban. Todos juntos, pues son la verdadera base de la sociedad israelí. En un intento de recordar el legado e impedir el olvido no dejemos de hacernos eco, por si pudiesen llegar a alguna parte, de las palabras de Bill Clinton en el funeral: ‘Shalom Haver’ (Shalom Amigo).
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* Raquel Lage é socia de AGAI