Por Natalia Álvarez*
.La disparidad ideológica entre democracias occidentales y regimenes totalitarios ha venido a poner fin a las buenas y legítimas intenciones de la ONU al organizar una conferencia sobre racismo y xenofobia. Irán una vez más ha puesto de manifiesto sus viles intenciones. Desde el principio algunos países boicotearon este encuentro ante la sospecha que las declaraciones expresadas en 2001 por países árabes volvieran a producirse. Bajo el paraguas del rechazo a la islamofobia otros decidieron asistir. Irán y esta vez en boca de Ahmadineyad "no ha decepcionado" y ha vuelto a poner cara al islamismo más radical, amenazando a Israel y Occidente.
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De los 27 países de la UE (4 habían renunciado de antemano a participar: Italia, Polonia, Alemania, Holanda) solamente la República Checa decidió finalmente retirarse definitivamente ante las declaraciones del presidente de Irán, poniendo de manifiesto la debilidad de Europa (democracia occidental) frente a los regimenes totalitarios. Esta preocupante diversidad ideológica de la UE impide actuar con firmeza ante un país cuya influencia se extiende inexorablemente en Oriente poniendo en peligro la seguridad mundial ante la atenta mirada de Occidente, de la alianza de civilizaciones y de la tolerancia al islamismo. Cuando dejemos de usar eufemismos (facciones; brazo armado; milicianos de la resistencia), quizás entenderemos que se trata de la misma palabra: terrorismo. ¡Ojala lo consigamos en Durban III!
* Natalia Alvarez é socia de AGAI. Artigo publicado no Atlántico Diario e La Voz de Galicia