15/12/08

Entrevista con Simon Peres


Por SAL EMERGUI

JERUSALÉN.- Sus jóvenes guardaespaldas le llaman "Duracell" por su frenético ritmo. No es fácil proteger al presidente de Israel, Simón Peres, que a sus 85 años protagoniza una hiperactiva maratón de reuniones, viajes y conferencias. Su nuevo sueño es ecológico y por ello, usa un coche híbrido. "Israel se puede convertir en un laboratorio mundial en medio ambiente como lo hizo en altas tecnologías y la agricultura", comenta.

Peres recibe a elmundo.es en la sede presidencial en Jerusalén, un recinto dominado por mujeres. "Son más fieles que los hombres", justificó recientemente. En su despacho, retratos donde se le ve en su juventud posando en los 50 junto a su jefe, protector y fundador de Israel, David Ben Gurión. "Tuve la fortuna de trabajar 20 años con él. Era un genio", nos dice al final de una larga conversación.

Peres es 'el último mohicano' israelí. Artífice de los Acuerdos de Oslo (1993) que le supuso (junto al primer ministro, Isaac Rabin y el líder palestino, Yasir Arafat) el Premio Nobel de la Paz. Promotor del poder nuclear israelí. Suministrador en la sombra de armamento vital en diversas guerras de su país. Blanco del odio de los colonos pese a que hace 40 años fue uno de sus primeros precursores. Ex jefe de Gobierno, ministro de todas las carteras existentes...
No siempre ha gozado de las simpatías de su pueblo. En realidad, muy pocas veces, como recuerdan sus escasos enemigos que aun le quedan llamándole "eterno perdedor" por sus derrotas electorales. Hace dos décadas, en un congreso laborista, Peres cogió el micrófono y exclamó ante los suyos: "Me llaman perdedor. ¿Yo soy un perdedor?". Era una pregunta retórica, pero los afiliados respondieron: "¡¡Sí!!".

El 16 de julio de 2007, Peres por fin se ganó el consenso, accediendo a la presidencia, tras la marcha forzosa de Moshe Katsav, conservador ideológicamente pero muy liberal si se confirman las acusaciones de acoso sexual a sus secretarias.

En 50 minutos de charla, Peres prevé un acuerdo con los palestinos; pide al mundo que "evite que el fanático régimen religioso de Irán tenga armas nucleares"; descarta una operación israelí contra las instalaciones nucleares iraníes; se ofrece a viajar a Damasco y dialogar con su homólogo sirio; define el antisemitismo como "una enfermedad que provoca desgracias en los países donde existe"; invita al Rey Juan Carlos I a visitar Israel y elogia a Barack Obama.
"¿España? Debe tener un papel importante no solo en el proceso de paz sino en el dialogo intercultural", opina.

Un recorrido desde Jerusalén que empieza en Bombay.
"El terrorismo aun no ha llegado a su cénit, que será cuando accedan a las armas nucleares. Imagínese terroristas que puedan ir a cualquier ciudad con una maleta que contenga armas nucleares. El peligro viene de Irán por su fanatismo religioso, ser centro del terrorismo, el uranio enriquecido y sus ambiciones de dominar Oriente Próximo. El mundo debe unirse para desmontar este peligro que afecta a todo el que no esté de acuerdo con los ayatolás. Desde Salman Rushdie hasta el rabino asesinado en Bombay.

Pregunta.- ¿Algunas decisiones de George W. Bush han hecho aumentar el terrorismo?
Respuesta.- El propio Bush ha reconocido errores. Pero si hubiera dejado a Sadam Hussein en el poder e Irak también hubiera invadido Arabia Saudita, ¿le criticarían menos? Al expulsar a Saddam, EEUU libró al mundo de uno de los dictadores más brutales y asesinos de la historia que declaró la guerra a Irán, Kuwait y gaseó a los kurdos.
P.- ¿Se puede evitar un Irán nuclear?
R.- Hay un país que puede evitarlo: Irán. Ha tenido ingresos espectaculares del petróleo pero ahora con la reducción de su precio, no tendrán tanto dinero para invertir en uranio, misiles y terror. En Irán hay amargura, desempleo y si el precio del petróleo continúa bajando, habrá una revuelta popular. ¿Les darán a los niños uranio enriquecido para desayunar? Los líderes iraníes deberán elegir que ponen en los platos de su pueblo, comida o uranio.
P.- ¿Pero no cree que cuanto más se le aísle, los iraníes se unirán más en torno a sus líderes?
R.- No. El pueblo no puede estar unido a favor de la pobreza o el hambre. Los iraníes son un pueblo culto, con mucha historia. El mundo no hace suficiente para evitar un Irán nuclear pero no tendrá más remedio que hacerlo.
P.- ¿Es factible una operación militar israelí?
R.- No hace falta. No debemos usar la fuerza siempre que haya otros recursos. No sugiero la opción militar aunque tampoco se puede descartar completamente en un futuro. Irán nuclear no es un peligro solo para Israel sino para todo el mundo.
P.- El conflicto israelo-palestino, ¿es el corazón de los problemas regionales?
R.- La solución de dos Estados para dos pueblos facilitará mucho al resto del mundo. Ahora estamos negociando y las diferencias no son tan grandes. Una solución será la base para la paz en toda la región, excepto Irán, Hamas y Hizbulá.
P.- Negocian con el líder palestino Abu Mazen, que gobierna en Cisjordania mientras el grupo islamista Hamas lo hace en Gaza. ¿Es factible un acuerdo completo negociando sólo con medio pueblo palestino?
R.- ¿Qué prefiere? ¿Que no haya acuerdo de paz? Es mejor un acuerdo medio que una ausencia de acuerdo. Si lo hay el mundo le preguntará a Hamas: '¿Cuál es vuestro plan? ¿Más destrucción y cohetes?'
P.- Pero la Liga Árabe ha propuesto y propone una iniciativa de paz que no ha sido aceptada en Israel...
R.- Yo apoyo ese plan como base en las negociaciones. Pero no se puede presionar a Israel y decirle 'o esto o nada'. Como base, lo aceptamos.
P.- Hace 15 años se firmaron los acuerdos de Oslo que usted diseñó. ¿Qué ha cambiado hasta la última cumbre de Annápolis?
R.- En Oslo se consiguió establecer como parámetro las fronteras del 67, más o menos. Reconocimos a la entidad palestina y ellos a Israel. Más de la mitad de los palestinos quiere ahora la paz.
P.- Pero los palestinos lo que ven son más colonias, el muro...
R.- Se exagera. No hay nuevas colonias sino crecimiento natural en las ya existentes. No podemos evitar que en un asentamiento nazcan niños y no les construyamos cuartos. Tenemos un acuerdo con los palestinos sobre lo que deberemos hacer con los asentamientos: concentrar las colonias en tres bloques y devolverles la mayoría de las tierras.
P.- Jerusalén, ¿es un obstáculo imposible?
R.- Se puede llegar a un acuerdo, pero no ahora. Jerusalén no es territorio, sino fuego. No puedes entrar en el fuego si quieres paz. Antes, se ha de avanzar en el resto de temas.
P.- Muchos israelíes critican la retirada de Gaza y piden una operación contra Hamas por los cohetes contra el sur de Israel.
R.- Estoy contento que no tengamos allí más colonias. Pero nos fuimos de Gaza y, a cambio, recibimos sólo misiles. Los palestinos dicen tierras a cambio de paz. Estamos de acuerdo, pero no tierras a cambio de Qasams. Sería una estupidez que Israel volviera a Gaza. Allí hay una grave situación económica y sus habitantes deben dirigirse a Hamas. Dejen de atacarnos y pueden salir de las dificultades en cinco minutos.
P.- ¿No entiende las críticas contra el bloqueo israelí que castiga a la población de Gaza?
R.- En EEUU o la India no hay demasiadas críticas. Quizás en Europa, aunque empiezan a entender que todo depende de Hamas. Hay algunos en Europa que odian a Israel, pero ¿por qué? A cambio de la paz con Egipto y Jordania, Israel devolvió territorios, conquistados en guerras que nos impusieron. Estamos dispuestos a entregar la mayoría de tierras a los árabes. ¿Qué quieren de nosotros? Yo les digo, aprecio mucho vuestros consejos morales pero ¿ustedes pueden ayudarnos a protegernos?
P.- ¿Es más fácil la paz con Siria?
R.- Estoy dispuesto a viajar a Damasco, a hablar con quien sea y donde sea. No sé si es más fácil con Siria que con los palestinos pero hasta que no empiezas, todo parece más fácil. Pero ahora estamos en pleno proceso de paz con los palestinos y debemos terminarlo.
P.- ¿Teme que si Benjamin Netanyahu gana las elecciones en Israel se paralice el proceso de paz?
R.- No creo que haya un primer ministro que pueda frenar la Historia. El mundo avanza y las personas inteligentes deben asumir estos cambios.
P.- España e Israel es una relación histórica de amor y odio...
R.- En España tuvimos la Edad de Oro, una época excepcional en la que convivieron la cultura islámica, cristiana y judía. Hace unos meses, cuando celebramos una conferencia sobre el futuro en Jerusalén, invité al Rey Juan Carlos I para que hablara sobre la Edad de Oro, pero no pudo venir. La invitación sigue abierta.
P.- ¿Cuál es su sueño para Israel en su 60º aniversario?
R.- Israel no es un sueño, porque los países duran más que una noche. Es una odisea. Me gustaría que Israel fuera antigua como los diez mandamientos y moderna como la nanotecnología.