Jerusalén,30 de noviembre de 2006
Mis queridos amigos:
Enterarnos de vuestra iniciativa emociona, alienta, reconforta, nos regala una ola de cariño en medio del mar de odio desatado contra nosotros, los judíos israelíes.
¿Agradeceros? ¿Apreciaros? Acaso sea mejor simplemente compartir nuestra emoción. En medio del misil y la calumnia, de una prensa maniquea que nos hace demonios aun cuando sólo nos defendamos, de una saña que se descarga contra Israel haciendo caso omiso de nuestras víctimas y de que lo único que anhelamos es vivir en paz con nuestros vecinos, en medio del kásam y la katiúsha, de la petromayoría y del “pensamiento único”, nace vuestra pequeña Asociación, de una grandeza histórica que el futuro sabrá justipreciar.
Nace para proclamar AMISTAD donde la mayoría dice DESPRECIO.Vaya una palabra para la hermosa familia Bóo, que me honra con su amistad y que ha aportado el incólume entusiasmo de Miguel Bóo para conseguir lo imposible. Y a los que no sois creyentes, os pido disculpas por concluir con una insinuación de fe. Es que encuentro providencial la inspiración de un grupo de gente audaz como vosotros que os decidís a remar contra la corriente, no ya para convencer a un medio frecuentemente autista, sino para impedir que la cacofonía antiisraelí circundante os convenza a vosotros.
Os quiero mucho, y admiro vuestra dignidad.
Que la Asociación florezca en breve, y que toda España se revista de amistad con Israel. Compartimos democracia, derechos humanos, buen humor, y la necesidad de un reencuentro fraternal entre nuestros países.Desde la hermosa Jerusalén a la hermosa Santiago, recibid mis felicitaciones.
Vuestro,
Gustavo Perednik.